Como tú, con estrellas nacaradas
y cantos desde el cielo a mi aposento,
como tú, que te enredas con el viento,
es mi noche de eternas madrugadas.
Como tú, que eres reina de las hadas
y te elevas, rozando el firmamento,
y me besas, me abrazas con tu aliento,
así vuela mi ser, con tus miradas.
Y busca el corazón la triste nota
aquella, de guitarra sin sonido
que suena sin parar en mi derrota.
Y busca mi esperanza su latido
entre vesos de amor y mi alma rota,
esperando cual pájaro sin nido.
Maria del Mar Ponce López
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