Un soneto en mi cocina




Un soneto yo escribo en mi cocina 
mientras hago un sofrito de pimiento, 
y lo mismo tampoco es el momento 
pues se seca mi sopa de gallina. 

Y recito, y me escucha la vecina 
pues mi voz lleva todo el sentimiento, 
es cursi, es atroz y suena a cuento, 
¡me salpica el aceite en la retina!. 

Soy mujer y maruja, no me importa 
yo escribo cocinando, sin problema, 
y para merendar hago una torta. 

Apenas me entretiene este poema 
pero la leche del café se corta, 
para un soneto es un hermoso tema. 

 

María del Mar Ponce López 
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13 comentarios en “Un soneto en mi cocina”

  1. La concocina es lugar adecuado
    para que teman el sacrificioos los macarrones,
    cuando el Ama está con otros urgentes menesteres,
    es a mi a quién le caen esos marrones,
    del guisar con prisa acelerada,
    ordena implacable el reloj
    ¡A las dos esté lista la comanda!
    Baila el aprendiz,
    vuelan los ingredientes,
    atronan de las neveras las puertas
    mientras se abren y se cierran.
    Es un caos premeditado,
    éste que sufre el jubilado.
    Y entretanto Bob Dylan
    el jodio sigue cantando.
    Un beso.

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